Convocatoria al Congreso de Movimientos Sociales de Nuestra América * Congreso de Movimientos Sociales de Nuestra América

Convocatoria al Congreso de Movimientos Sociales de Nuestra América
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Convocatoria al Congreso
de movimientos sociales, indígenas, comunitarios, populares, magisteriales, sindicales, de mujeres, de la sexo diversidad y político-culturales de Mesoamérica y del Sur del Continente, acordamos realizar el Congreso Fundacional de un Movimiento Continental que asume la lucha antimperialista y antioligarquica desde la construcción de poderes populares y comunales; los que sin descuidar la lucha reivindicativa y la organización de base hacen suya la disputa por el poder político y el proceso de integración y unidad de nuestros pueblos. 

Nuestro Congreso Fundacional se realizará los días 27, 28 y 29 de junio de 2023 en la Ciudad de Tegucigalpa Honduras. Con ello, damos continuidad a diversos procesos de coordinación e intercambios políticos y culturales que se extendieron a lo largo del presente siglo en escenarios y temporalidades diversas.  

El contexto y las razones que nos convocan:

 1. Los acontecimientos acaecidos en los últimos meses en “Nuestra América” hablan del rechazo generalizado de nuestros pueblos al capitalismo neoliberal y del papel fundamental que han jugado los movimientos sociales en la lucha política y la movilización social. En ese marco necesitamos profundizar en la discusión sobre los aportes de dichas rebeliones a la construcción de alternativas de gobierno popular que descansen en el protagonismo de los movimientos sociales y en sus propuestas de Revolución Democrática y de Nuevas Asambleas Constituyentes derivadas del accionar de ciudadanías democráticas y de poderes comunales y populares. 

2.- Resulta evidente que en América Latina y el Caribe lo que ha hecho posible la oleada de gobiernos revolucionarios y progresistas tiene que ver con un sustrato popular que va más allá de la permanencia en el gobierno de partidos progresistas y socialistas. Esto es lo que explica la persistencia y profundización de las crisis del sistema de dominación oligárquico encabezado regionalmente por los Estados Unidos. Da cuenta de las inestabilidades y fragilidades de los gobiernos, partidos y movimientos abiertamente derechistas que sirven de fachada al Fondo Monetario Internacional, la OEA, la OCDE, la OTAN y el Banco mundial, entre otros. Resulta evidente que el deterioro y aún la decadencia de la dominación oligárquico imperialista en el continente, tiene su correlato en la emergencia de movimientos democráticos y revolucionarios que han cuestionado la dominación imperial.

3.- Esa larga tormenta de movilizaciones que momentáneamente ha culminado con el arribo de múltiples expresiones liberal-progresistas y socialistas a la mayoría de los gobiernos de América Latina, en lo que se ha denominado la “Segunda Ola”, tiene un antecedente fundamental en el “Caracazo” de 1989 y en la Revolución Bolivariana. Bolivarismo que además ha servido de bisagra con los procesos abiertos por la Revolución Cubana y la Revolución Sandinista. Estas nuevas realidades no pueden conmensurarse y explicarse en función de los esquemas de análisis propios de la izquierda liberal, posmoderna o estatista. En esas visiones se sitúa a los movimientos sociales en calidad de correas de transmisión o como simples expresiones de vanguardias partidarias, en lugar de ser vistos como un elemento decisivo en la construcción de ciudanías democráticas y poderes comunales y populares. En esa línea muchos partidos progresistas y aún socialistas, tienen dificultades para rebasar el liberalismo o la vía estatista que se ha revelado como inviable, a la hora de enfrentar al llamado modelo neoliberal y sus tendencias fascistoides. Tales visiones que desprecian el protagonismo popular carecen de los soportes intelectuales, éticos y políticos para trascender al capitalismo y a sus manifestaciones coloniales y neocoloniales. Las que junto al racismo, la explotación y los vínculos patriarcales configuran la base de la dominación burguesa.

4.- Para construir nuevas formas de gobierno y estado plurinacional desde la comunidad y la comuna necesitamos trascender la visión liberal social o progresista sobre lo que representa el neoliberalismo. Resulta obvio que el neoliberalismo es una nueva fase histórica de la sociedad burguesa; se expresa tanto como teoría y modelo económico, a la vez que constituye un proceso de cambios en las estructuras económicas, técnico-científicas, de clase y demográficas. Pero también constituye una transformación en los modos de vida y en los imaginarios e identidades culturales y políticas de la sociedad. Como recolonización emerge como un nuevo genocidio que da continuidad al desatado por la invasión europea hace más de 500 años. Tan sólo para no olvidar: el Golpe Estado de 1973 en Chile, con el que se inicia la implantación abierta del neoliberalismo en América Latina, dejó una estela de 40 mil víctimas; (cifras del Estado chileno); sin contar exiliados. Mientras el “Plan Cóndor” de acuerdo con Wikipedia, sirvió para asesinar entre 60 mil y 80 mil personas y para apresar y torturar a 400 mil más. Todas y todos sospechosos de ser izquierdistas. A raíz de las “Guerras Centroamericanas” y de las supuestas guerras contra la delincuencia han sido asesinadas, desaparecidas y torturadas más de un millón de personas. En la región mesoamericana en menos de tres décadas fueron expulsadas más de 20 millones de personas, la mayoría tipificados como migrantes fueron a parar a los Estados Unidos.

5.- La contrainsurgencia enmarcada en las nuevas doctrinas de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y de defensa del orden democrático, no ha vacilado en recurrir a un amplio abanico de instrumentos que conjugan golpes “blandos” y duros; detenciones ilegales, tortura, criminalización de la protesta social, instrumentalización de ong´s, asonadas mediáticas, sicariato, fraudes electorales, asesinatos selectivos y aún masacres como la de Ayotzinapa o las que se viven cotidianamente en Colombia, Haití y ahora Perú. Los pueblos de Honduras, Brasil, Guatemala, Paraguay, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Haití han sido escenarios recientes de golpes de Estado patrocinados por Estados Unidos y sus socios europeos. La militarización, el militarismo se han extendido de la mano de las bases militares estadounidenses que suman más de 80 emplazamientos que se coordinan con su Comando Central y Sur, con la IV Flota y una gran cantidad de ejércitos, desde México hasta Brasil, pasando por Argentina, Chile y Perú. Más allá de las palabras y las falsas ilusiones, diversas formas de Terrorismo de Estado disfrazadas de combate al narcotráfico, el terrorismo y a la migración ilegal, se emplean cotidianamente en contra de las clases trabajadoras y las naciones primeras; contra hombres y mujeres de todas las edades. Así, el capitalismo neoliberal terminó por generalizar y extremar la crisis humanitaria en toda la región; liquidando muchos de los derechos sociales alcanzados desde las guerras de Independencia; con algunas excepciones como las de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia. 

6.- Estados Unidos y su sistema de dominación regional y aún mundial ha entrado en una pendiente de decadencia irreversible gracias a la irrupción de las luchas de los pueblos originarios y de la revolución democrática nacional de tintes populares, que contra viento y marea se ha mantenido a lo largo de decenas de años en casi toda la región. Las guerras de liberación de nicaragüenses, guatemaltecos y salvadoreños y las luchas por la democracia y los derechos populares en México, Honduras, Costa Rica, Perú, Haití, Panamá y aún los Estados Unidos, son una prueba palpable del deterioro y decadencia de la hegemonía yanqui y criolla en el Continente.

7.- A raíz de sus descalabros en el campo económico y político-militar frente a Rusia y China; de sus estrepitosas derrotas frente a Corea, Irán y Siria y de la frustración de sus objetivos en Afganistán e Irak, el imperio estadounidense se repliega hacia su territorio y hacia nuestro continente. Un nuevo proteccionismo redobladamente imperialista se abre paso en Estados Unidos. En tal contexto, la destrucción de las revoluciones populares y socialistas de Cuba, Venezuela, Nicaragua, y Bolivia es fundamental para su sobrevivencia. Pero también el control, la neutralización o derrota de las fuerzas y gobiernos liberal-progresistas; sin faltar la derrota de toda fuerza comunitaria y social de tintes revolucionarios. El arribo del neofascismo  y la consolidación de regímenes cívico-militares en diversos países del Continente mediado por la cooptación de algunas fuerzas liberal-progresistas, son parte de un diseño contrainsurgente global. De uno que radicaliza las relaciones de subordinación hacia sus socios europeos y asiáticos. 

8.- No hay duda, estamos entrando a una nueva fase histórica signada por la decadencia de Estados Unidos y Europa; marcada por el agotamiento del viejo orden unipolar de factura estadounidense y de la globalización neoliberal. El eje del mundo se ha desplazado del mundo europeo y de la “Anglosfera” a Asia y a una serie de potencias regionales de carácter emergente. La crisis estructural del capitalismo iniciada en los años 70 no fue superada con el neoliberalismo y su globalización; ni con la derrota de la Unión Soviética y el Bloque Socialista. El capitalismo ha podido alargar su agonía, pero el cúmulo de contradicciones que ha engendrado en los últimos años lo han conducido a una fase decadente. Los recursos humanos y naturales, los bienes comunes de la humanidad no alcanzan para sostener el grado de depredación alcanzado por el sistema para compensar la caída de su tasa de ganancias. A la catástrofe social que incubó el neoliberalismo se le ha sumado la pandemia del COVID que ha puesto en evidencia todas la inequidades de una sociedad montada en la explotación de las clases trabajadoras y de las naciones oprimidas que aportaron más del 90% de las víctimas mortales durante la crisis sanitaria. Además, su tendencia innata a la violencia y la militarización nos pone en el límite de la catástrofe nuclear. En ese marco, la guerra en Ucrania es responsabilidad directa de “Occidente”, al igual que la nueva crisis económica que amenaza la vida de centenas de millones que padecen los efectos de decisiones económicas y militares que han desatado procesos inflacionarios y escenarios de hambre y expulsión de millones de personas que no encuentran empleo y condiciones mínimas de vida.  

 9.- Esta en marcha un proyecto de contrainsurgencia global, de espectro completo, político-militar, económico y cultural en el Continente que aprovecha toda debilidad; en particular la descomposición ética, la corrupción y la anemia ideológica y política. Uno de los dispositivos imperiales para Mesoamérica es el “Plan Alianza Para la Prosperidad Triángulo Norte”, mientras que para el Sur de América busca revivir propuestas similares al ALCA de triste memoria; sin faltar su propuesta para hacer viable una especie de OTAN regional. Así, todos sus proyectos  radicalizan los procesos de despojo abiertos por los megaproyectos mineros, energéticos, turísticos, financieros, laborales y de comunicaciones, entre otros que han generado catástrofes ambientales y sociales. Los cambios políticos ocurridos en México no han detenido y menos cancelado los planes de seguridad regional y de militarización. La instalación de muros y fronteras de contención de migrantes sigue adelante en el Suchiate, el Corredor Transítsmico y en la Frontera Norte. En Chile por poner otro ejemplo; las políticas económicas neoliberales se mantienen en lo fundamental; mientras se criminaliza la lucha social, especialmente la del Pueblo Mapuche. Megaproyectos, militarización y control de población son dimensiones de un solo plan de recolonización, de un proyecto que entre otros objetivos persigue la desindianización, la descampesinización y el desclasamiento de las y los trabajadores para liquidar algunos de los últimos reductos de comunitarismo y de revolución comunera rural y urbana en la región. Así, los aparatos de control burgués no han vacilado en sus intentos por atomizar la lucha del pueblo, contraponiendo identidades y gremialismos a la perspectiva de clase; estrategia que ha sido otro de los medios más eficaces para mantener la disgregación del potencial sujeto constituyente, con la finalidad de impedir el paso del “pueblo en sí” al “pueblo para sí”. 

10.- En esta situación los movimientos sociales debemos asumir un papel protagónico y hegemónico; los partidos liberal-progresistas han exhibido sus limitaciones a pesar de sus proyectos asistencialistas y neo desarrollistas, los que en algunos momentos han aligerado la expoliación del capitalismo neoliberal pero que, por su carácter, están condenados a transigir con el imperialismo y las oligarquías criollas. El liberalismo bajo cualquiera de sus formas está agotado, no puede construir salidas a la crisis que sean favorables a las mayorías nacionales. Se impone la lucha por el gobierno y el poder desde los movimientos sociales y comunitarios dotados de una concepción clasista, descolonizadora, plurinacional y antipatriarcal; capaces de articular alianzas con partidos y organizaciones políticas progresistas. Especialmente con aquellos partidos y movimientos políticos que abrazan la vía comunitaria y comunal a la nueva sociedad.

En este contexto, los movimientos populares, las organizaciones sociales, políticas y civiles; además de naciones, comunidades y pueblos originarios, tenemos el reto de elaborar una visión común que trascienda fronteras, que aprenda de las experiencias de nuestros pueblos. Se precisa ver desde nosotras y nosotros mismos, sin quedarnos encerrados en visiones localistas que traicionan la lucha de nuestros próceres. Por lo mismo, aspiramos a forjar una perspectiva internacionalista de unidad y articulación nuestra-americana. Para lo cual invitamos a representantes de movimientos de clases trabajadoras, formales y precarias, de clases medias, mujeres, naciones y pueblos originarios, a las y los indoamericanos, a las y los afroamericanos; a los colectivos de la diversidad sexual, a los movimientos socioambientales, a las organizaciones de jóvenes, derechos humanos y a las y los practicantes de las espiritualidades populares, a movimientos de educadores y a representantes sociales y políticos del Continente a participar en el Congreso de Movimientos Sociales de Nuestra América con el fin de compartir reflexiones, debates y propuestas en torno a siguientes ejes de discusión:

 I. Coyuntura histórica. El papel de los movimientos sociales en la lucha por construir una nueva hegemonía popular. Relación entre partidos, movimientos y pueblos originarios entre otras expresiones de organización. 

II. Qué Democracia, qué Estado, qué comunidad, qué Constituyente, qué descolonización, qué nueva sociedad.

 III. Caracterización de “Nuestra América”. Proyecto de integración y unidad mesoamericana y continental. 

IV. Neoliberalismo y ocupación neocolonial. Despojo, megaproyectos, crisis socioambiental, desplazamientos forzados; Estado de contrainsurgencia, desaparición forzada, espacios de memoria, violencias contra pueblos y clases trabajadoras, hombres, mujeres y sexo-diversos. 

V. ¿Él o los sujetos de la transformación: pueblo, clases trabajadoras, movimientos sociales, partidos, sindicatos, naciones, espiritualidades, mujeres, sexo-diversos, jóvenes?

VI. Partidos, Fuerzas políticas y Movimientos Sociales (Foro de Sao Paulo).

VII. Ong´s, Derechos Humanos y Movimientos Sociales.

VIII. Mesas “Temáticas” por sectores y ejes Transversales. 

IX.  Programa, Reglamento, Nombre.

 X. Plan de Acción: Movilización Continental; “Proceso Constituyente Continental”; Tribunal o tribunales para juzgar los crímenes del imperialismo y sus agentes locales; propuestas de integración y unidad desde el movimiento social. 

Fraternalmente:

Congreso de Movimientos Sociales de Nuestra América

Central Continental de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación (CTE)

Para mayor información comunicarse a los siguientes números telefónicos:

Guatemala:

Martín Gustavo Ramírez Díaz +502 3030 6881

 Hugo Antonio Aguilar +502 494508

Yunior Velázquez +502 36592015

Víctor Tobar +502 4892 0213

México:

José Jiménez Magaña +52 55 3533 3102

Emanuel Hernández +52 55 25 78 37 02

Rodolfo Bautista +52 55 24 31 29 69

Marcos Tello Chávez +52 55 44 99 53 85

Nicaragua:

Heliodoro Reyes +505 7525 4909

Mariana Toscana +505 8510 3159 

El Salvador:

José Vides +503 6301 6001

Marisela Ramírez +503 774 30 943

Mauricio Vanegas +5037925 2822

Josue Nunfio +503 7338 2645 

Honduras:

Dirían Pereira 

Gilberto Ríos

Edwin Hernández  

Celso Flores Álvarez

Christian Leonardo Zamora +504 9866 3085

Mauro Joel Domínguez Almendares +504 8751 1660

Colombia:

Jhoannes Rivas Mosquera +57 3146469146

Victor Carpio Conquista +57 314 694 9950

Central Continental de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación:

Mirna Santiago Gallegos +52 452 112 3154

Evangelina Domínguez +504 9557 0951

Michel Humaña +56 9 92 78 41 20 

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